Según una investigación realizada en el Reino Unido por la Universidad de Bath, si utilizamos el móvil mientras hacemos las compras podríamos provocar un imprevisto.
Distraernos con el móvil podría tener consecuencias, y aún más sorprendentes de lo que pensamos.
Veamos por qué usar el móvil mientras hacemos las compras puede tener efectos negativos que, aunque en su conjunto, los resultados en general podrían ser positivos.
El estudio realizado en el Reino Unido consistía en que 500 personas llevaran gafas que controlaban sus movimientos oculares.
Las gafas especiales registraban todo lo que las personas que participaron en este estudio hacían entre las estanterías del supermercado, mientras que podían comprar lo que quisieran.
Además, como parte del estudio, se les incitó a sacar sus móviles de los bolsillos o bolsos, mientras hacían la compra, para distraerlos a propósito.
El resultado fue sorprendente. Si no utilizamos el móvil mientras hacemos las compras, el cerebro humano filtra de manera automática un sin fin de información que, mientras que, si se utiliza, procesa la misma información de manera consciente.
Por tanto, simplifica la toma de decisiones con respecto a lo que debemos comprar y nos guía hacia las estanterías donde se encuentran los productos que siempre compramos.
En resumen, nuestra mente tiende a repetir el mismo patrón una y otra vez: por ejemplo, nos guía al pasillo de los lácteos, luego al de las galletas y el pan, y, por último, nos lleva al de la carne.
Por decirlo así, si este es el camino que por costumbre tomamos, el piloto automático de nuestro cerebro lo recorre una y otra vez, permitiéndonos, por ejemplo, ahorrar en los precios de las compras, aunque hace que compremos los mismos productos una y otra vez.
Al momento de sacar el móvil del bolsillo, por decirlo así, el piloto automático se apaga.
Cuando estamos obligados a mirar la pantalla del móvil para responder a un mensaje, consultar nuestra página social o cualquier otra cosa, ya no hacemos el mismo recorrido, ya que el móvil nos distrae de nuestra rutina habitual.
De hecho, las personas que participaron a este estudio británico, pasaron más tiempo en el supermercado mirando los estantes y, como consecuencia, inevitablemente gastaron más, por verse incitadas a utilizar su móvil.
Por tanto, usar el móvil entre las estanterías del supermercado desconecta el piloto automático de nuestro cerebro: vemos más productos, pensamos en más cosas que comprar, y el carrito del mercado se llena aún más.
Lo positivo es que, aunque gastemos más, también podemos llevarnos a casa productos que probablemente necesitábamos y que de otra manera no habríamos comprado si no hubiéramos utilizado el móvil que nos distrajera.