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Existe una correlación demostrada entre el aumento de los salarios y la autoestima | Un estudio lo confirma

salarios/ solofinanza.it

¿El dinero no hace la felicidad? Tal vez sea una mentira que nos contamos a nosotros mismos: algunos estudios revelan la correlación entre el dinero y la autoestima. 

¿Existe realmente una correlación entre la cuenta bancaria y la autoestima? Un estudio reciente de «Bleidorn y colegas» examinó esta cuestión con el objetivo de responder a la eterna pregunta: ¿un aumento de los ingresos aumenta la autoestima, o una autoestima alta permite ganar más?

En la sociedad en que vivimos, no cabe duda de que el dinero es un símbolo de estatus. Esto es especialmente cierto en las culturas occidentales, donde tiene sentido que un aumento de los ingresos pueda hacernos sentir más valiosos.

Por otra parte, las personas con mayor autoestima podrían, debido a su elevada confianza en sí mismas, buscar trabajos mejor remunerados o invertir con más confianza.

Un estudio de cuatro años examinó a un grupo de adultos que vivían en Holanda, evaluando su autoestima cada año y comparándola con sus ingresos declarados. He aquí cómo fue y a qué conclusiones condujo. 

Una respuesta frustrante pero realista

El análisis de los datos sugirió que cuando las personas ganan más, su autoestima aumenta, presumiblemente porque los ingresos se asocian a una sensación de logro o de mejora del estatus social. Además, la relación entre ingresos y autoestima se mantuvo constante con independencia del nivel educativo, la edad o el sexo de los participantes.

Esta conclusión, sin embargo, lleva a otra pregunta: ¿puede el dinero comprar la felicidad? A este respecto, hay otra serie de estudios realizados por «Matz y colegas» y que datan de 2016, que sugieren que la respuesta es… «depende»: depende de la relación entre la personalidad y cómo se gasta el dinero.

comprar la felicidad/ solofinanza.it

El experimento realizado, se examinó la relación entre dinero y felicidad de la siguiente manera

A los participantes en este experimento se les pidió que realizaran una prueba de evaluación de la personalidad que dio como resultado una división entre sujetos extrovertidos e introvertidos. Después, todos los sujetos recibieron dos cheques regalo: uno para una librería y otro para gastar en una noche en un bar. Los extrovertidos que recibieron dinero para una noche en un bar se mostraron más felices que cuando recibieron dinero para comprar un libro. Lo contrario ocurrió con los introvertidos, que fueron más felices con el vale para una librería.

En conclusión, los resultados sugieren que el dinero hace más feliz a la gente, pero sólo hasta cierto punto. Cuando los ingresos de las personas se acercan a las cinco cifras, tienden a aumentar la felicidad. Sin embargo, más allá de ese punto, se produce una especie de meseta en la que los ingresos adicionales no aumentan significativamente la felicidad. Esto sugiere que tener suficiente dinero para satisfacer las necesidades básicas conduce a la felicidad, pero ser rico en sí mismo no compra la felicidad.