Infarto, cómo reconocer las señales para salvar la vida: son inconfundibles
Hay señales inequívocas que advierten de un ataque al corazón. A continuación le indicamos a qué debe prestar atención y cómo intervenir en caso de infarto.
Un infarto de miocardio se produce cuando la obstrucción de una de las arterias coronarias, responsables de suministrar sangre oxigenada al corazón, provoca la necrosis de parte del tejido cardíaco.
El infarto es una de las principales causas de acceso a urgencias; según datos, unas 70.000 personas sufren un infarto en España cada año. Y figura entre las principales causas de muerte en los países industrializados.
Aunque los síntomas pueden variar de una persona a otra, hay signos muy concretos a los que debemos prestar atención para intervenir con prontitud. He aquí las principales señales de alarma y cómo intervenir en caso de infarto.
¿Cuáles son los síntomas de un infarto?
Como ya hemos mencionado, en caso de infarto, no todos los pacientes manifiestan los mismos síntomas o, en todo caso, no los experimentan con la misma intensidad. Sin embargo, existen signos premonitorios inequívocos de un infarto de miocardio.
El primero de todos es un fuerte dolor en el pecho, como si un torno oprimiera el tórax. Normalmente, el dolor empieza detrás del esternón, en el lado izquierdo del pecho, o en la boca del estómago, y luego se irradia a los brazos, sobre todo el izquierdo, los hombros, la espalda, el cuello y la mandíbula. Los infartados también pueden experimentar dificultad para respirar (muy frecuente sobre todo en las mujeres), náuseas, mareos y sudoración repentina. Otro signo revelador al que hay que prestar atención puede ser una repentina y fuerte sensación de cansancio, asociada a mareos y falta de aliento. En ocasiones, el corazón puede empezar a latir rápida e irregularmente, o puede ralentizarse mucho.
Ante estos señales, no hay que perder tiempo, sino acudir rápidamente al médico. Desgraciadamente, en la actualidad no es posible evitar un acontecimiento como un infarto de miocardio, pero se pueden tomar medidas para reducir los factores de riesgo relacionados. En particular, es aconsejable adoptar un estilo de vida saludable, es decir, llevar una dieta variada y equilibrada, practicar regularmente una actividad física aeróbica y evitar el consumo de bebidas alcohólicas, el tabaco y el consumo de drogas. Asimismo, hay que recordar que el estrés también influye significativamente en la salud del corazón. En efecto, un estado estresante puede provocar un aumento de la tensión arterial, incrementando así el riesgo de infarto.