¿Las señales de una mala alimentación? El cuerpo nos lo dice | Cómo aprender a comer sano

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alimentación/ solofinanza.it

Escuchar a nuestro cuerpo puede salvarnos la vida, sobre todo por lo que se refiere a la alimentación: esto es a lo que hay que prestar atención. 

La salud y el bienestar de nuestro cuerpo dependen en gran medida de la calidad de nuestra alimentación, un aspecto que a menudo se pasa por alto o se subestima.

Por ejemplo, cuando estamos en el trabajo, a menudo nos limitamos a comer comidas rápidas y poco saludables en nuestros escritorios, ignorando las repercusiones negativas de ese comportamiento.

La comida basura y los hábitos alimentarios poco saludables nos ponen en peligro, y nuestro cuerpo, tarde o temprano, reaccionará con señales inequívocas que revelan una mala nutrición.

Si comemos mal, nuestro cuerpo se verá afectado, mostrando claros síntomas visibles. En concreto, hay seis señales que pueden ayudarnos a darnos cuenta de que algo va mal.

Las seis señales más importantes

  1. Boca amarga y seca: Una sensación constante de boca amarga y seca puede estar asociada a una nutrición deficiente. La boca seca, en particular, es el primer signo de una mala hidratación.
  2. Caída del cabello: Una mala alimentación puede afectar a la salud del cuero cabelludo y provocar una mayor caída del cabello. Aunque la caída del cabello puede ser hereditaria, no se puede descartar que los errores dietéticos estén entre las causas de la caída del cabello.
  3. Hinchazón abdominal: La hinchazón y los espasmos abdominales indican una digestión incorrecta. Además de causar dolor, pueden afectar a nuestra incomodidad en relación con el mundo exterior: demasiados gases pueden provocar problemas de meteorismo y flatulencias.
  4. Cansancio constante: Una alimentación inadecuada provoca a menudo una sensación persistente de cansancio. No es casualidad: los alimentos cargados de conservantes no nos permiten obtener la cantidad adecuada de vitaminas necesarias para cargarnos de energía y hacer frente a la vida cotidiana.
  5. Cambios de humor: Una mala alimentación puede afectar a nuestro estado de ánimo, provocando nerviosismo y cambios de humor. Hay que tener en cuenta que muchos alimentos basura contienen un elevado aporte de azúcar, que puede hacernos sentir muy bien, pero se consume con la misma rapidez.
  6. Problemas cutáneos: A menudo, con el consumo de alimentos poco saludables, aparecen en la piel imperfecciones que antes no estaban presentes. Estas imperfecciones pueden ir desde erupciones, como puntos rojos, hasta verdaderos excesos de sebo que se manifiestan en puntos negros y espinillas.
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Cómo mejorar: no tener miedo de pedir ayuda

El «hágalo usted mismo» no siempre es la opción más deseable cuando se trata de una mala alimentación. Aunque hay muchas páginas en Internet dedicadas a las dietas precocinadas, en el camino hacia una alimentación sana es importante tener en cuenta aspectos que son invisibles a simple vista, como la velocidad de nuestro metabolismo.

Reconocer las señales de alarma es sólo el primer paso para darnos cuenta de que nuestros hábitos alimentarios necesitan mejorar. Una dieta equilibrada y saludable, elaborada por un profesional como un dietista o nutricionista, puede ayudarnos a preservar nuestra salud y bienestar. Empezar a corregir los malos hábitos e integrar en nuestra vida una dieta prescrita puede salvarnos la vida.