Saltarse la cena no es tan sano como se cree: esto es lo que le pasa al cuerpo

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cena/ solofinanza.it

Pensar que saltarse la cena ayudará durante una dieta es uno de los errores más comunes que muchas personas cometen. Veamos por qué no es tan eficaz. 

La llegada del otoño ha vuelto a disparar los buenos propósitos en materia de alimentación y forma física. El objetivo es volver a la buena senda lo antes posible tras las concesiones del verano. Sin embargo, algunas personas, atrapadas por el frenesí, se entregan a iniciativas de bricolaje deletéreas.

Una de ellas es saltarse ciertas comidas, como la cena. Se supone que, al evitar ingerir calorías, se adelgaza más fácilmente. Pero no es así. Al contrario, se expone el cuerpo a riesgos que los no iniciados no pueden ni imaginar.

La importancia de no saltarse nunca las comidas

Mucha gente piensa que es algo parecido a la dieta de ayuno intermitente. En realidad, este tipo de dieta garantiza que el cuerpo reciba siempre lo que necesita y, al mismo tiempo, permite perder los kilos de más. El empresario y ejecutivo deportivo italiano Flavio Briatore la siguió con éxito y perdió más de 20 kilos. Evidentemente, los responsables le siguieron, lo que dice mucho sobre la abolición del «hágalo usted mismo» en materia de dietas.

Por ello, sería mejor evitar los dolores de cabeza innecesarios y perjudiciales y confiar en quienes tienen los conocimientos adecuados sobre
nutrición. Sólo así se podrá encontrar un equilibrio dietético y, en consecuencia, recuperar la forma.

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Qué pasa en el cuerpo cuando se salta la cena

Saltarse comidas no tiene absolutamente nada que ver con la dieta de ayuno intermitente y se corre el riesgo de comprometer los niveles de aminoácidos esenciales y grasas esenciales que el cuerpo necesita para sus necesidades diarias. También se pierden los minerales y vitaminas derivados de una dieta sana y adecuada.

En resumen, creer que se está haciendo el bien a uno mismo acaba por arruinarse con sus propias manos y no conseguir nada. Esto puede hacer que el camino sea aún más frustrante y sin salida. Simplemente hablando con un nutricionista, uno puede descubrir muchas cosas que tal vez no sabía y ampliar sus conocimientos sobre un tema del que muchos quieren hablar, pero pocos pueden realmente permitirse hacerlo con amplios conocimientos y conciencia.