Hablar demasiado puede ser un síntoma de autismo, o incluso de otra cosa: esto es lo que hay que tener en cuenta
Overtalking es un término que se está poniendo de moda en la comunidad científica: tratemos de entender cómo puede conducir a un diagnóstico.
Al tener dificultades para contenerse y dejar de hablar con más frecuencia de lo normal, o de divagar sobre temas concretos, podría tratarse de overtalking.
El término, que puede traducirse como «hablar en exceso», indica una tendencia a hablar compulsivamente o a compartir pensamientos demasiado personales, y puede ser síntoma de una enfermedad mental no diagnosticada.
El tema es objeto de estudio de una terapeuta originaria de Florida, la Dra. Carolyn Rubenstein, que lo definió como «un monólogo que no deja espacio para que la otra persona contribuya a la conversación».
Aunque es importante no diagnosticar sin la ayuda de un profesional, es bueno poder identificar ciertos síntomas en uno mismo o en los demás para saber a quién pedir ayuda. Veamos a qué trastornos puede deberse la sobrehabla.
Una enfermedad que también afecta a los niños
Hablar en exceso puede ser un signo precoz de un trastorno del espectro autista. Los autistas suelen tener problemas de comunicación e interacción social, así como comportamientos e intereses restringidos o repetitivos. El trastorno por déficit de atención, más conocido como trastorno de hiperactividad, es también un trastorno que suele diagnosticarse en la infancia y que incluye síntomas como la incapacidad para concentrarse en una tarea, hablar en exceso, interrumpir a los demás y distraerse con facilidad.
En etapas posteriores de la vida, hablar en exceso puede ser un síntoma de ansiedad social. Las personas con ansiedad social pueden tener tendencia a evitar el silencio y hablar en exceso para ocultar su malestar. En casos extremos, hablar en exceso puede indicar la presencia de un trastorno bipolar: también provoca cambios de humor extremos, que pueden manifestarse como euforia y manía durante las fases maníacas, con una velocidad del habla rápida e incoherente, o como depresión durante las fases depresivas.
No siempre se trata de una enfermedad
Aunque esta lista puede ser útil, hay que tener en cuenta que hablar en exceso en sí mismo no siempre es signo de una afección mental. Según el Dr. Rubenstein, muchas personas ni siquiera se dan cuenta de que hablan en exceso, y una vez que son conscientes de ello pasan por un gran momento de despertar e investigación personal.
Como siempre, en casos así es aconsejable consultar a un experto. Un hablador excesivo puede simplemente ser especialmente sociable, pero si creemos que esta tendencia puede incomodarnos a nosotros o a los demás, aprender a gestionar una conversación también puede ser útil para mejorar nuestras condiciones de vida.