Mobiliario doméstico: el truco secreto de arquitectos y diseñadores para conseguir estancias confortables y armoniosas | Así se utiliza el 60-30-10

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mobiliario doméstico/ passionetecnologica.it

Averigüemos juntos cómo pintar la casa nueva, manteniendo un buen equilibrio cromático y sin «horrores» de color. Un reto más difícil de lo que parece. 

¿Cómo pintar una casa nueva? Es una pregunta que surge; nos la hacemos a menudo, analizando los pros y los contras de las distintas opciones de color. Muchos prefieren no elegir y utilizar el blanco, el color neutro por excelencia. También depende mucho del mobiliario que haya y/o que queramos incluir en el hogar.

Hay que tener cuidado, porque los tonos elegidos pueden ser agradables individualmente, pero excepcionalmente llamativos y/o molestos para el ojo humano cuando se consideran en conjunto. A nadie le gusta vivir, por ejemplo, en una casa con las paredes pintadas de negro. O marrones. O amarillas, por citar algunos ejemplos «extremos».

Para elegir bien, puede ser de gran ayuda la regla 60-30-10, según la cual los colores se combinan con una técnica finalmente correcta, evitando combinaciones cromáticas molestas y/o desagradables a la vista.

Estas elecciones tienen consecuencias concretas, porque un hogar con un equilibrio cromático correcto también será beneficioso para la salud personal, ya que favorecerá un sueño tranquilo, una buena salud mental y física y un ambiente de trabajo inteligente y adecuado para la concentración.

Cómo funciona la regla 60-30-10

La regla es utilizar tres colores «clave»; el dominante se utilizará en el 60% de la casa, el de apoyo en el 30% y, por último, el 10% para el color acentuado. No es un consejo genérico, sino una regla de oro de los que se dedican a ello profesionalmente, de los decoradores de interiores. Consejos de profesionales, en definitiva.

pintar una casa
pintar una casa/ passionetecnologica.it

El color dominante se aplicará principalmente a las paredes de la casa y al mobiliario; es aconsejable utilizar un tono suave, de carácter «apagado». El color de apoyo, en cambio, debe estar en armonía, pero en un tono ligeramente distinto, para aportar contraste y profundidad a la escena. Los que prefieren el estilo minimalista utilizan, en cambio, tonos del mismo color o, en general, colores apagados que siempre se complementan. Los que prefieren una habitación de aspecto «agresivo» utilizarán en cambio colores dominantes «vibrantes» como el rojo, el naranja y el amarillo.

Por último, el color acentuado, limitado estrictamente a sólo un 10%, presentará un fuerte tono contrastado; puede utilizarse tanto para paredes como para objetos y muebles. ¿El caso clásico? El sofá de casa, o los cuadros, la lámpara de araña, los cojines, las sillas. Ni que decir tiene que la influencia de la luz natural también debe tenerse en cuenta en este cálculo.